Mortal Kombat 4 era el primer juego de la saga que visitaba las 3D, un estilo que a una saga que había usado siempre sprites pre-renderizados le venía muy bien y por tanto era muy esperado. ¿Y cómo salió el experimento?

Bueno, visualmente era un juego decente. Quizá no estaba al nivel de los juegos referencia del momento, pero eran aceptables e incluso destacables. Sobretodo en su versión arcade, donde tanto los modelados de los personajes como los efectos eran muy sólidos; y los escenarios muy detallados y con elementos interactivos, bastante mejores que los de otros juegos de lucha de gama media del momento. Su faceta artística era más destacable. Teníamos algunos escenarios que ya habíamos visto en la saga pero también recibíamos algunos nuevos, y es de ley decir que su visita a las tres dimensiones se había llevado correctamente. También los personajes, que cada vez eran más detallados y donde la mayoría de los personajes tradicionales habían recibido un rediseño que les sentaba bastante bien y que cada vez rompían más con la monotonía. También eran destacables los nuevos personajes, que o eran originales o importados de MK: Mythologies y de los que quizá exceptuando a Reiko que fue añadido a última hora, la mayoría habían sido bien diseñados, tanto jugablemente como artísticamente.

Sin embargo al juego le faltaba algo. Al jugarlo, uno se da cuenta de que está manejando un juego inacabado. La jugabilidad no termina de estar ajustada, el balanceo entre personajes no es bueno y notas que faltan cosas, faltan técnicas, faltan animaciones, en definitiva que la cosa estaba un poco verde. Ni siquiera la inclusión por primera vez de armas al sistema se puede decir que mejorara la experiencia jugable de Mortal Kombat 4. No se puede decir lo mismo de la banda sonora, que si la saga se caracteriza por tener una música discreta, en este juego sí era destacable, lo que lo convierte en una especie rara dentro de la saga.

Por tanto, que podemos decir de MK4. ¿Fue un buen intento de llevar la saga a las 3 dimensiones? No del todo, aunque el juego tuvo alguna faceta aceptable la verdad es que se le notó verde, salió demasiado poco trabajado y eso el usuario lo notaba. El bajón de calidad le pasó factura a la saga, que tardaría tiempo en recuperar su credibilidad.

El hechicero Quan Chi ha utilizado y engañado a Sub-Zero para recuperar el medallón que liberará a un Dios Antiguo de inconmensurable poder. Para detener la amenaza, los guerreros de la Tierra se unen una vez más bajo las órdenes de Raiden y conseguir acabar con el ser de enorme poder que la amenaza, Shinnok, el Dios Antiguo.

Son muchos los guerreros que se unen a la batalla: Sub-zero, buscándose vengarse de Quan Chi quien le engañó; Scorpion, contratado por éste para protegerse de Sub-zero a cambio de promesas de venganza; Kai, guerrero Shaolin que se une a Raiden y Liu Kang en defensa de la Tierra; Reptile, que se ha unido en ayuda de Shinnok; Jax y Sonya, que mientras investigaban a la organización criminal del Dragón Negro han acabado siguiendo el rastro de Shinnok; Johnny Cage, quién con la ayuda de Raiden ha vuelto a la vida para ayudar a sus compañeros; Reiko, un antiguo general de Shinnok que ha vuelto para ayudarle; Jarek, último miembro del Dragón Negro que también se ha unido a Raiden; Tanya, servidora de Shinnok que se ha infiltrado entre las fuerzas de Raiden; y Fujin, uno de los últimos Dioses de la Tierra, Dios del Viento, que se une a su mentor Raiden.

Finalmente, las fuerzas de la tierra consiguen acabar con la amenaza que Quan Chi y Shinnok suponían y Raiden es ascendido a Dios Antiguo, no sin antes nombrar Fujin como sucesor y protector del Reino de la Tierra.