Isabella "Ivy" Valentine es un personaje femenino de la saga Soul Calibur de Namco. Es la hija adoptada de un conde inglés, de carácter frío y duro, que lucha con una espada llamada Valentine que se alarga como un látigo.

De su aspecto destacan los tonos morados y ropas que recuerdan al cuero. También su expresión severa, ojos verdes y su cabello de color blanco.

Ivy creció al suave cobijo de la aristocrática y adinerada família Valentine, una de las más ricas fortunas del Londres del siglo XVI, como su única heredera.

Sin embargo, algo se empezó a torcer. Su padre, el conde Valentine, se obsesionó con algo a lo que él llamaba La Juventud Eterna y volcó toda su fortuna y su tiempo en investigarla, hasta que un día murió. Su madre, enfermó y siguió a su hombre a la tumba poco tiempo después.

Ivy, que se había quedado sola en su mansión, escudriñó los apuntes y los diarios que su padre había dejado, que trataban sobretodo sobre alquímia y sobre una espada que le otorgaría la juventud eterna, Soul Edge. En honor a su padre, Ivy empezó a investigar sobre Soul Edge.

Poco a poco Ivy fue encontrado pistas e indicios, y poco a poco fue confimando sus sospechas. Los destinos de sus antiguos poseedores habían sido los mismos. Vercci, Adams, el capitán Cervantes...todos habían sufrido la caída y la corrupción. Sin duda, una maldición existía sobre Soul Edge, y había sido Soul Edge la culpable del lento tránsito hacia la demencia que llevó a su padre a la muerte. Desde entonces, Ivy juró que en honor a su padre, usaría el conocimiento que adquirió durante sus investigaciones para destruír la espada maldita.

Ivy entendió que debía destruir la espada maldita con otra arma que pudiera hacerle frente. Para ello, creo una fusión entre su látigo y una espada, y lo animó utilizando la alquímia. Pero la alquímia no fue suficiente, aquella espada no podría hacer frente a la Soul Edge. Entonces Ivy inició sus propias investigaciones, y se enfrascó en el estudio de la brujería y la magia ancestral.

Tras dedicar tiempo al estudio de la brujería, Ivy preparó un ritual oscuro y, desde un circulo mágico un brazo monstruoso tocó su espada y la infundió con vida. Ivy tenía ahora un arma viva, igual que Soul Edge, y podría utilizarla para enfrentarse a ella.

Durante su búsqueda de Soul Edge Ivy encontró al dueño del brazo que había insuflado de vida a su arma, Nightmare, el Caballero Azur. Ambos hicieron equipo y Ivy ayudó a Nightmare a capturar almas mientras trataba de dar con Soul Edge. No sería hasta el final de la aventura que Ivy descubrió que, de hecho, Nightmare era el portador del arma que quería destruír, y que su Ivy Blade había sido dotada de vida gracias al poder de Soul Edge, el mismo poder que se había prometido destruír.

Además, durante el viaje, Ivy encontró a un antiguo portador de la Soul Edge, el pirata y antiguo capitán Cervantes de León. Fue durante su encuentro con él cuando Ivy descubrió su verdadero linaje; aunque Ivy había sido adoptada por los Valentine, su padre biológico y el que la abandonó mientras aún era un bebé, no era otro que el mismo pirata caído por el poder corruptor de Soul Edge, Cervantes.

Aturdida ante la revelación de que había estado recolectando almas para Soul Edge junto a Nightmare, y de que su linaje estaba maldito por la sangre de Cervantes, Ivy vuelve a la mansión Valentine y se encierra con ánimo de destruir la Ivy Blade y purgar sus pecados. Tras meses de reclusión, una nueva Ivy resurge, decidida a no renunciar a la Ivy Blade, sinó a acabar con la maldición de Soul Edge de una vez por todas, destruyendo cada uno de los pedazos de la espada, y dando muerte a cada uno de sus antiguos portadores.

Desde entonces, la cruzada contra Soul Edge de Ivy la llevará a acabar con la vida muchos enemigos y a descubrir poco a poco los enlaces que su Ivy Blade tiene también con la espada benigna, Soul Calibur.