Tras el gran éxito de Tekken 2, era difícil estar a su altura. Sin embargo en la tercera iteración de la saga se revolucionó todo, de forma acertada, cosechando un éxito incluso mayor que el que obtuvo su predecesor. Es un juego más refinado, que llevaba al límite las capacidades gráficas de PlayStation y que pulía un sistema de combate ya consolidado en la anterior entrega. Añadía también dos nuevos modos de juego, lo que daba a Tekken 3 una profundidad que las adaptaciones directas desde máquinas arcade no acostumbran a tener. Eran Tekken Ball, donde teníamos que golpear un balón con los puños, y Tekken Force, una especie de juego de acción de scroll lateral.

Han pasado dieciséis años desde el último torneo Tekken. Tras la victoria de Heihachi, éste ha desarrollado una fuerza de defensa de la Mishima Corporation llamada Tekken Force. Sin embargo, durante una expedición en México, un comando de ésta organización se ve atacado y aniquilado por un misterioso ser. El único superviviente lo describe como un «Ogro». Luchadores de todo el mundo empiezan a desaparecer y pronto se sospecha que dicho Ogro està acabando con ellos. Un día, el Ogro ataca a Jun Kazama y cuando Jin se acerca, descubre que su madre ha desaparecido. Cegado por la rabia Jin Kazama inicia una desesperada lucha por la venganza.