Tekken fue uno de los primeros en llegar al boom tridimensional que inició Virtua Fighter, y rápidamente se convirtió en su máximo competidor. Ésto da para un intenso debate, pero con la perspectiva del tiempo hoy se podría afirmar que el paso a las 3D fue demasiado prematuro. Ni los sistemas eran todavía lo suficientemente potentes para ejecutar las tres dimensiones en condiciones, ni jugablemente se tenía la madurez para hacer algo decente. Y en ésta tesitura muchas empresas lanzaron a partir de 1994, con la llegada de PSX, multitud de titulos poligonales. Pero en aquellos primeros momentos sólo Sega, con su estudio AM#2 siempre como pionero y Namco con éste Tekken consiguieron sacar títulos que realmente fueran manejables y mínimamente agradables a la vista.

Así nos encontramos con un título que se deja jugar y que en su momento suponía gráficamente novedoso y puso de moda éstos entornos tridimensionales. Sus diseños de personajes son interesantes, sin personajes descartables por su mal diseño y con algunos de ellos que han pasado a la leyenda de la saga. Leyenda que se agrandaría después, porque aunque los diseños son buenos, se mejorarían en posteriores ediciones del juego y cobrarían entonces el carisma que les caracteriza. Los escenarios son espectaculares también, sin embargo, en muchos casos se trata de simples fotos prerrenderizadas, lo que pone en entredicho la labor artística de crearlos. El resultado es bueno, pero le falta algo. El aspecto sonoro del juego no es lo más destacable de la saga. Aunque las pistas aquí no son en absoluto malas, tampoco son destacables y pasan prácticamente desapercibidas excepto para los más acérrimos de la saga, lo cual choca con el otro gran título de lucha de Namco de la época, Soul Edge, donde éste aspecto era realmente brillante.

Y por último, el acabado del juego es bueno, sobretodo la versión que llegó a PlayStation donde Namco nos brindaba multitud de opciones que no estaban en el arcade. Dicen que el tiempo pone a todos en su sitio, y el tiempo a filtrado a Tekken de otros juegos de lucha de la época para hacerlo un juego destacable.

La Corporación Mishima, un gran conglomerado financiero, ha organizado un torneo de lucha a muerte a nivel mundial donde el más fuerte de los guerreros se enfrentará al presidente de la corporación, Heihachi Mishima, y si vence recibirá el título de Rey del Golpe Férreo. El auténtico motivo de la convocatoria está en que el presidente, Heihachi, quiere derrotar a su hijo, Kazuya Mishima, con el que tiene una larga historia de odio desde que le lanzó por un precipicio a los cinco años al considerar que no era lo suficientemente fuerte. Así, Jin acude al torneo y venciendo a ocho poderosos contrincantes intentará cobrarse su justa venganza contra su padre.