La de Street Fighter x Tekken es una historia triste de falta de visión empresarial. Ya desde la misma premisa en que se concibe el juego, mezclar los universos de Tekken y Capcom no nos lleva al mismo lugar exitoso que fue mezclar los universos de SNK y Capcom, ya que las comunidades y los aficionados de Street Fighter y Tekken han sido mundos que han vivido siempre bastante de espaldas los unos a los otros. Aún así, la idea podría haber funcionado si se hubiese hecho un buen juego...¿y sabéis qué? Se hizo un buen juego.

¿Entonces que falló? El lanzamiento del juego.

Si la Capcom post-Street Fighter IV es experta en algo es en tomar pésimas decisiones de dirección. Éste cross Tekken se vió perjudicado por su lanzamiento y ya nunca consiguió recuperar el vuelo, pese a que en las ediciones posteriores se le arreglaron los errores que trajo de inicio y que pusieron a los usuarios en contra, para ya nunca más volver. Se trató sobretodo de la polémica de las gemas, que te hacían pagar para obtener beneficios en combate, así como la inclusión de personajes de pago incluídos en el disco desde el lanzamiento.

Y a pesar de todo ésto, tras la polémica nos encontramos con un gran juego. Una gran plantilla en la que se incluyen 25 personajes del universo Tekken y algunos nuevos personajes de Street Fighter que más tarde se incluirían en la versión Ultra de éste juego. Además de 5 personajes extra que llegarían a las versiones PlayStation. Brilla también la propuesta jugable. Un tag 2v2 original, divertido, y tremendamente adictivo que nos ofrece la capacidad de hacer todo tipo de equipos. Es una pena que el juego fuese crucificado por sus decisiones comerciales, tras toda la polémica se escondía un gran juego que jamás se acabó a explotar del todo.

Un objeto extraño ha caído desde el espacio en uno de los rincones más recónditos del mundo, la Antártida. Éste extraño cubo, la Caja de Pandora, posee un extraño efecto que otorga un poder inigualable a aquellos que combaten. Dicho objeto atrae el interés del poder, entre ellos diversas organizaciones internacionales del mal como Shadowloo o la Mishima Foundation, que se dirigen al polo sur para hacerse con la caja y dominar el mundo.