La conversión a Dreamcast de Soul Calibur es recordada como uno de los mejores videojuegos de la historia y es, al juego de lucha 3D, lo mismo que Street Fighter II le es al 2D.

Nos encontrábamos con unos personajes perfectos. Bien animados, bien modelados, con efectos increíbles, corriendo a unos increíbles 640x480 píxeles de resolución y unos escenarios que estaban a la altura. Aunque quizá, éstos, al ser herederos de la versión arcade, pudieron haber estado incluso mejor.

La música es la misma que la versión arcade, excelente en todo momento. Música épica orquestada, que ambienta a la perfección el combate, da carácter al escenario y carisma al personaje que lo ocupa, siempre siguiendo un estilo muy marcado y característico de los Soul Calibur.

Y la jugabilidad, que ya era excelente en la edición arcade, se pulió aún más. Un juego accesible, con innumerables movimientos y sobretodo fluido e imprevisible.

Aquí no vamos a decir nada que no se haya dicho ya de éste juego. Ha habido en la historia del videojuego muy pocos que hayan estado cerca de la perfección. Soul Calibur, sin duda, es uno de ellos.

Durante 25 años, el pirata Cervantes y su espada demoníaca habían aterrorizado el puerto de Valencia, robando el alma de aquellos que venían a por la espada maldita. Fue gracias al esfuerzo de Sophitia, enviada del dios Hefesto, y Taki, una asesina llegada desde oriente y ducha en el ninjutsu, que consiguieron derrotar a Cervantes y destruir una de las Soul Edge. Poco después llegó Siegfried, que recogió la empuñadura de la espada destruída y desató lo que se conocería como Semilla Malvada.

Durante los siguientes tres años un terrible caballero azul sembró el terror a lo largo de Europa, y diversos luchadores que oían rumores sobre la espada maldita acudían a enfrentarse a él. Nightmare, el caballero azul, estaba capturando armas para restaurar la Soul Edge y, tras los tres años de muerte y destrucción, todo estaba dispuesto para restaurar la espada. Durante la ceremonia de restauración, tres jóvenes guerreros aparecieron dispuestos a detener el acto, Kilik, XiangHua y Maxi. Kilik y Xianghua se enfrentaron a Nightmare, y las armas de éstos, revelaron ser la espada sagrada SoulCalibur, que pudo derrotar y anular a la espada demoníaca, Soul Edge. Sin embargo, tras acabar con Nightmare, fueron absorbidos a otra dimensión y en ella tuvieron que enfrentarse al espíritu de la espada, Inferno, al que consiguieron derrotar al fin y acabar momentáneamente con el poder de Soul Edge.